domingo, 21 de octubre de 2007

América Latina, realidad de desigualdades



Cuando surge la imposibilidad de acceso y/o carencia de recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas, hablamos de pobreza.
Cuando no todas las personas de una misma sociedad, comunidad o país poseen los mismos derechos y obligaciones, hablamos de desigualdad social.
Cuando se da un trato diferente a personas entre las que existen desigualdades sociales, hablamos de discriminación.
Cuando no se tienen las condiciones necesarias para que se desarrolle una sociedad relativamente igualitaria en términos económicos, que garantice condiciones de trabajo y de vida decentes par toda la población; hablamos de injusticia social.
Cuando en pleno siglo 21 existe la pobreza, la discriminación, la injusticia social y las desigualdades entre comunidades; hablamos de un problema. Un problema que necesita solución ya.



La pobreza y las desigualdades no existirían como problemas globales si los ricos no fuesen cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. La pobreza, nutriéndose de injusticia social, desigualdad y discriminación, está aún hoy en día vigente en el mundo. Sobre este panorama los derechos humanos y la lucha por su vigencia se levantan conjuntamente con la educación y formación como las herramientas más válidas para cambiar la realidad en un futuro inmediato. América Latina es hoy ejemplo de todos estos males y escenario de esfuerzos profundos en procura de cambios que mejoren las condiciones de vida, incluso de sectores sociales que hasta la fecha no sólo fueron marginados sino también ignorados a la hora de llevar a cabo decisiones económicas y políticas.

La creciente atención y demanda por el desarrollo de una sociedad y de un mundo más justo e igualitario se ha visto expresada en los últimos años a través de diferentes y variadas iniciativas. Todas las acciones que tienen lugar en países subdesarrollados con el fin de promover un progreso económico y social, y toda la ayuda voluntaria que un país pueda ofrecer; se quedan cortas. En nuestra mano está promover iniciativas que desde la intervención y la formación, permitan afrontar problemas, retos y desafíos presentes en nuestra sociedad.

Desde erradicar la pobreza y las desigualdades, hasta promover el desarrollo y la comunicación en países afectados por la injusticia social; ese es el objetivo de muchas iniciativas de periodismo y cooperación. Y todo desde la ayuda desinteresada, la intervención, la investigación, la formación y la impartición de una docencia impregnada en contenidos comunicativos.

La comunicación es la herramienta de desarrollo por excelencia, y es a la vez la vía de escape de muchos países en los que las desigualdades, la pobreza, la marginación y la injusticia, son el pan de cada día. La cooperación pretende revertir las muchas situaciones desfavorables que, desgraciadamente, podemos encontrar hoy día.



El caso de Guatemala


Desafortunadamente son muchos los escenarios en los que se viven situaciones de desigualdad y pobreza. Los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez son más pobres. Unos pocos tienen mucho y otros muchos tienen muy poco. Esa es la realidad de la mayoría de países subdesarrollados que conforman Latino América. Guatemala es solo un ejemplo de la extensa problemática, aunque también un buen exponente de la misma.


La comunicación está siendo un punto de especialización en la cooperación llevada a cabo en países como Guatemala. Nuestra finalidad es ayudar a los habitantes del país a gestionar su propio desarrollo”. Con estas palabras el periodista Luis Bruzón trataba de explicar la importancia de la cooperación internacional en países subdesarrollados, así como interrelacionaba los conceptos de periodismo y cooperación; en la conferencia llevada a cabo el pasado 9 de octubre en la UAB. El periodista, afincado actualmente en Guatemala, expuso la compleja realidad en la que se encuentra actualmente el país:

56% de la población vive en la pobreza
21% de los cuales viven en pobreza extrema
28% de la población es analfabeta
38% de los niños no acuden a la escuela por falta de medios económicos

Éstas son sólo algunas de las cifras que definen la realidad desafortunada de Guatemala. A todo esto, sumémosle que en el país conviven más de 25 grupos culturales, entre los cuales surgen dificultades de diálogo, consenso y entendimiento. Destaquemos también la herencia que la larga guerra civil ha dejado a Guatemala: desplazamientos de la población y desarticulación del tejido social. Añadámosle también carencia de seguridad jurídica, alto nivel de corrupción, baja cobertura sanitaria, propagación de la violencia, remesas como principal fuente de ingresos, discriminación de las mujeres, centralización de la administración pública, y una larga lista de etcéteras.
Burzón señala, además, que las desigualdades en Guatemala se ven fomentadas por la introducción de ideas capitalistas y por la tradición latifundista (pocas familias acaparan la riqueza) que siempre ha imperado en el país.

Ante tal panorama se hace imperante la necesidad de fomentar el desarrollo en Guatemala y de dotar a sus habitantes de las herramientas necesarias para solventar tal problemática. Hablamos de necesidades como alfabetización, descentralización o fomento de la cohesión social y la comunicación entre etnias. Además de estos proyectos, en Guatemala se realizan más planes para el desarrollo, que van desde incentivar la participación ciudadana, hasta promover la rutina empresarial.

Curiosamente, Burzón explica que, a pesar de la urgente necesidad de alfabetización y aprendizaje, la población de Guatemala prioriza la obtención de un puesto laboral remunerado a la obtención de nociones básicas tales como leer o escribir.
Por otro lado, el periodista también comenta la urgente necesidad de descentralización que requiere el país. “Ayudamos a los países a gestionar su propio desarrollo. Es importante que las ayudas recaigan en todas las regiones del país y no únicamente en la capital”. Hablamos por lo tanto de una descentralización de las ayudas. ¿De qué nos serviría ayudar a un país, si sólo las ciudades más importantes del mismo reciben este impulso? El resultado de la ayuda centralista no hace más que acentuar, de manera consciente o inconsciente, las desigualdades contra las que las iniciativas combaten. Es por eso, que muchos de los proyectos de cooperación en Guatemala encaminan sus esfuerzos en la descentralización política y en la transferencia y reparto de las responsabilidades y competencias del país en niveles locales. “Un Estado moderno debe repartir el poder a nivel local con el fin de brindar más servicios a la ciudadanía y de propiciar así un mayor acceso a la información y conocimiento de las acciones gubernamentales por parte de los habitantes”. Con la descentralización de la Administración Pública y el fortalecimiento municipal se conseguiría un gobierno más cercano a la ciudadanía, se generaría más democracia en Guatemala y se endurecería la estructura política y social del país.

Así pues, se hace patente la imperante necesidad de desarrollo de una red de comunicación en Guatemala. La Comunicación debe utilizarse como herramienta de desarrollo, para fomentar la interlocución social o para buscar consensos para recuperar la confianza de la población. Si tenemos en cuenta la gran diversidad cultural de Guatemala, es imprescindible que estas iniciativas lleven a cabo un proceso de cohesión social. La mediación pedagógica se hace más que necesaria para lograr aprendizajes y cambios de actitud en la población. La comunicación no solo debe servirles a los habitantes de Guatemala como vínculo para forjar una mejor cohesión social y política; la comunicación además debe utilizarse como herramienta social educadora. Debemos enseñarles que los medios de comunicación pueden ser la vía de escape de la incomunicación, las desigualdades, la centralización, la pobreza, la analfabetización…


Ya es hora de reconocer la labor de estas iniciativas que, como dice el dicho, “enseñan a pescar”.




Y.C.








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