domingo, 21 de octubre de 2007

Televisión alternativa y de calidad: ¿una utopía?



Telvisión alternativa y de calidad: ¿una utopía?


<<…las dificultades de llegar al cumplimiento del pacto con las corporaciones mediáticas la sociedad debe establecer mecanismos de contención. La formación para educar la mirada hacia los medios de comunicación se hace imprescindible. Se hace necesario entonar un mea culpa y reconocer que el periodismo ha fallado por lo general en su misión educadora, movido ante todo por lo conflictivo, morboso y frívolo, que es lo que produce mayor venta entre un público superficial e ignaro. Solo hace falta echar un vistazo al contenido de numerosos programas de televisión y el bombardeo constante de mensajes que transforman a niñas/os y adolescentes en consumidores compulsivos. Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en la construcción de estereotipos y de modelos sociales…>>


En la pasada actualización, en la que se comentó la polémica que había suscitado la implantación de la nueva asignatura “Educación para la Ciudadanía” en las aulas españolas; concluíamos haciendo hincapié en el hecho de que se hace patente una imperante necesidad de formar a ciudadanos que sepan manejar la información, descodificándola, interpretándola e incluso produciéndola. Se dijo, además, que el papel que juegan los medios de comunicación en esta educación podría y debería ser fundamental. En aras de que la televisión se ha convertido en un escenario donde se disputa todo aquello conflictivo, morboso y frívolo, algunos no podemos evitar preguntarnos el porqué de este afán consumista y mediocre. Muchos son los que han criticado, critican y criticarán, la triste actuación y el patético porvenir de la televisión en nuestro país; “telebasura”, lo llaman algunos. ¿Quién no ha escuchado nunca aquello de “en la tele solo ponen corazón y chafardeo”?



Cierto es que la parrilla televisiva actual carece de programas de “calidad” y ofrece espacios de divulgación un poco “cutres” (realitys más manidos que el chicle de Leticia Sabater o programas de sobremesa que debaten sobre las posaderas de Paquirrín, son un triste ejemplo de ello). Ahora bien, alguien sabe a ciencia cierta dónde empieza y acaba lo cutre, ¿qué es un programa de calidad y qué no lo es?



Yo me pregunto, ¿si tanto, y tantos, nos quejamos de la calidad de nuestra televisión, por qué no hacemos algo para subsanar tal situación? La respuesta está muy clara. Las audiencias. El resultado de las audiencias se ha convertido en el indicador de “me gusta/no me gusta” para las cadenas de televisión. Resulta ser que quienes mandan en la caja tonta no son otros que los audímetros. Pero, ahora bien, no reflejan éstos acaso nuestras preferencias a la hora de sentarnos ante el televisión? Sí, claro que sí. ¡Uy, aquí huele a hipocresía!. No nos gusta la tele que nos ofrecen pero la consumimos. Lo dijo una vez la conocida presentadora del programa más tomatero de la televisión “Todo el mundo repudia al tomate y dice que ve la 2 pero al final los resultados de audiencia dicen otra cosa”. Ay, ay, ay, ay…¿qué está pasando?



Se me hace difícil hallar una explicación que aclare el porqué nos quejamos tanto del contenido de los programas si luego los resultados de audiencia nos tachan por ello de falsos aparentadores (yo solo veo la 2). En la humilde opinión de una servidora (que se confiesa enganchada a los programas más cutres de la tele), lo que ocurre es que la variedad que ofrecen las cadenas de televisión brilla sin duda por su ausencia. Quizá si alguna cadena de televisión se arriesgara a cambiar los contenidos y a ofrecer algo nuevo, diferente y de más calidad, algunos televidentes nos desengancharíamos de lo cutre. Pero para ello, esta hipotética y valiente cadena de televisión tendría que dejar de depender de las audiencias, o lo que es lo mismo, no estar en manos de la publicidad. Pero, espera. Espera un momento. ¿Acaso no hay una cadena pública que no necesita la publicidad para subsistir? Déjame que recuerde, creo que sí. Creo que empieza por TV y acaba por española.

¿No es posible una televisión alternativa real?









FETV Canal 5 de Panamá, una televisión fuera de lo convencional





Una vez hemos reflexionado sobre la calidad de la televisión española en la actualidad y del panorama en el que se encuentran todos aquellos demandantes de una televisión alternativa, me viene al dedo el ejemplo de FETV Canal 5 de Panamá. Se trata de una televisión que se define como una “televisión educativa de impacto que provoca cambios importantes en la sociedad panameña a través de la promoción de valores y la cultura nacional, siendo una alternativa de entretenimiento y educación bien equilibradas”.


Manolo Blanquer, fraile dominicano que ofreció la pasada semana en la UAB una conferencia sobre la televisión alternativa, destacaba en su discurso la importancia de los medios de comunicación como elementos fundamentales en la educación de la ciudadanía. Subrayaba, así, la urgente labor de la televisión, cuya misión debería ser la de ofrecer una parrilla variada que no se limitara únicamente al entretenimiento; sino que fuera capaz de brindarnos a los telespectadores una combinación de ocio y educación que acabara formándonos como individuos críticos y exigentes.

Es importante que la audiencia no se deje someter y subyugar por las producciones propias de la sociedad de masas y por los discursos políticos. Es por ello que se hace necesaria la adquisición por parte del espectador de una conciencia reflexiva, una visión analizadora y una actitud crítica. Ésta precisamente es la misión que se plantea la televisión FETV panameña, “la misión de la FETV es educar, elevar la cultura de los panameños y entretener sanamente, contribuyendo a formar un pensamiento crítico a través de la información, orientación y el diálogo, con programación y producción de calidad.” La FETV se define como una televisión creativa y exigente, que constituye una alternativa real para el televidente que busca ir más allá del anodino entretenimiento.

Ofrecer una televisión alternativa real y de calidad”. Éstas eran las palabras con las que el fraile Manolo Blanquer nos hablaba del objetivo de la FETV Canal 5 de Panamá. La vocación de ayudar a los demás de este fraile dominicano lo llevó hace ya casi 40 años hasta Panamá.
La idea de un canal educativo surge en 1982 como iniciativa de la Iglesia Católica de Panamá, bajo el liderazgo de Monseñor Marcos Gregorio, quien convocó a un grupo de importantes personas con el fin de llevar a cabo su idea de una televisión mejor. Entre este equipo de personas, destaca la presencia del conferenciante Blanquer, quien inició su andadura en la FETV presentando un magazín (desde la Universidad de Santa María) de media hora diaria que ofrecía desde reportajes encaminados a la reflexión hasta cánticos protesta. “La música es expresión y aliciente. A través de las canciones podemos encontrar el incentivo que nos guíe” Cabe destacar que hablamos de un país cuya mitad de la población vive bajo el umbral de la pobreza y que ha sufrido la represión de dictadores (O.Rorrijos, M.Noriega). Se hace más urgente y necesaria pues, una televisión que ayude a los panameños a formarse una actitud y una postura más crítica y reflexiva respecto a la política y a la vida en su país.
Con este objetivo un grupo católico, entre cuyos integrantes se encontraba el propio Blanquer, consiguió dar impulso a un proyecto de televisión que reara conciencia a través del debate y del entretenimiento. Finalmente, y tras muchos esfuerzos, en 1990 nació la Fundación para la Educación en la Televisión (FETV), una vez se recopiló capital necesario para comprar los derechos de cable y los equipamientos.

En un principio se iniciaron las emisiones de 4 horas diarias; en los últimos años se han llegado a emitir más de 15 horas diarias. Y es que, poco a poco se aumentaron el número de horas diarias transmitidas, así como la calidad de los programas fue en ascenso. Entre los espacios más conocidos en la historia de Canal 5 Panamá, se encuentran Al Ritmo de las Estrellas, Descubriendo Panamá, La Granja, Punto d Vista, La Revista, Otro Enfoque, y un largo etc. Hasta la fecha el canal cuenta con más de 3 estudios de producción y cada día va ganando más adeptos. Según la página oficial de FETV, www.fetv.es, el canal “cada día genera más ingresos por publicidad, contando con una creciente red de patrocinadores que ven satisfechas sus aspiraciones comerciales y a la vez valoran la inversión social que significa incluir a Canal 5 en sus planes publicitarios”.

Manolo Blanquer quiso destacar también que la FETV es totalmente autónoma. No se trata de una fundación manejada por el gobierno o por la iglesia, sino conducida por la audiencia; “Desde la cadena no queremos una televisión que piense por y para los telespectadores, pretendemos ofrecer un canal que piense con la audiencia”.



Tal y como está el panorama televisivo español en la actualidad, se me hace difícil concebir una televisión alternativa y de calidad. Sigo considerando de vital importancia que la sociedad pueda disponer de un amplio abanico de posibilidades a la hora de sentarse ante el televisor; hablamos tener en nuestro alcance la posibilidad de elección, de escoger entre “lo cutre” y “la calidad”. También apoyo la iniciativa de la formación de una ciudadanía con conciencia crítica y atutoreguladora que sepa evaluar y reflexionar a cerca de lo que está consumiendo. Me gustaría pensar en una televisión pública que ofreciera unos contenidos que fueran más allá del entretenimiento, la morbosidad y de “lo que vende”; pero me resulta también difícil concebir una televisión así cuando los resultados de audiencia siguen apoyando a los contenidos de los que tanto nos quejamos. Esos contenidos cutres, pura basura que tanto nos disgustan y que, no obstante, acabamos consumiendo. ¿Nos aclaramos?


Creo que topamos ante un problema mucho más complejo de lo que pensamos.


Yo me quedo con la frase del escritor y cineasta inglés Clive Barker:


La televisión es el primer sistema verdaderamente democrático, el primero accesible para todo el mundo y completamente gobernado por lo que quiere la gente. Lo terrible es, precisamente, lo que quiere la gente.

Clive Barker (1952-?) Escritor y director de cine inglés




Y.C.


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